lunes, 10 de enero de 2011

IX

Un cuervo se enamoró… 
Un día que triste por los grises cielos voló 
Este amor se encontraba en el ancho mar 
Dónde por cuestiones de azar 
Un bello pez de colorido aspecto miró 
Y el pequeño cuervo de su dulzura se prendió 
¡Qué infeliz sería aquélla criatura! 
Aquél platónico amor se convertiría en su sepultura 
Pues cómo poder encontrar
Los límites entre el cielo y el mar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario