viernes, 29 de junio de 2012

Oda a sus ojos


Tantas veces la belleza de ese par han causado fulgor
Tal es su encanto que parecerían ser sólo un rumor
Tantas veces les dijeron lo hermosos que parecían
Incluso que de su rostro los arrancarían
Muchos halagos recibió ese claro par con atención
Pero ninguno de ellos se compara con mi profunda admiración:

Ojillos de cielo, Ojillos de mar
Mi alma adherida está en su mirar Se que podría morir
Cuando tus ojos se dirijan a mi
Se que en ellos podría siempre vivir pues ellos son los que alientan cada latir

Ojillos de cristal
Al mirarlos nada puede salir mal Ojos hechos de perfección en ellos puedo perder mi poca razón

Ojos de Venus, ojos de marte
con un desliz de su mirar
puedo volver a enamorarme

Ojos de nubes mírenme toda la vida déjenme estar por siempre en su belleza perdida

Ojos felices y chispeantes par de colorcillos apasionantes
Permítanme amarlos eternamente
y besarlos secretamente

Ojillos azules, verdes, grises
hechos de inexistentes y bellos matices
Ojos de cielo, de hielo y de mar
Par de perfecciones
¡Vuélvanme a mirar!

jueves, 28 de junio de 2012

Remembranza

"La memoria es el único paraíso de dónde no podemos ser expulsados" 
-Jean Paul

La oscuridad repentinamente tragó todo rastro de luminosidad, todo alrededor se encontraba entintado por la negrura nocturna. El cielo particularmente de esa noche lucía un azul profundo, adornando su manto con pequeños destellos estelares. En otras palabras, menos poéticas y más concisas, un apagón causó aquélla involuntaria belleza.

Ella, una chica joven que no contaba ni con la mayoría de edad, salió de su casa al percatar que ya no había señales de que la luz fuera a volver en un rato. La verdad es que su casa tenía una historia particularmente tétrica y seguro, en la oscuridad no era nada apetecible andar rondando por ella.

Se quedó sentada en la puerta, absorta en la aparente ceguera que aquélla fría y oscura noche ofrecía.
Repentinamente, de entre la oscuridad, apareció una silueta que se dibujaba fina e imperceptiblemente entre las sombras. Un contorno alto, delgado que se asemejaba sin duda a la forma de una persona. Ella supo casi de inmediato de quien se trataba: era el chico que se había robado su corazón, el dueño de sus pueriles suspiros y de todo ese amor primerizo y brutal.

Él se sentó a un lado de ella, casi sin poder mirarse la cara comenzaron una conversación sobre el ambiente lúgubre que se desataba al encontrarse todos los alrededores sumergidos en esa abundante oscuridad.

Pocos minutos transcurrieron cuando la conversación fue interrumpida por una pregunta formulada por parte de él: 
-¿Y si nos vamos? -preguntó con un aire tan serio que parecía no bromear
-¿A dónde si se puede saber? contestó ella en un tono irónico ahogando una sonrisa entre sus palabras
-¡Anda vamos! te prometo que volvemos pronto- insistió en el mismo tono de seriedad

Ella supo entonces que no bromeaba, y quizá dudó por un breve instante pero recordó casi de golpe que él siempre había sido espontáneo y que ésta no era la primera vez que saltaba de su boca una propuesta inaudita, así que aunando este antecedente con el amor poco racional que ella le tenía, decidió aceptar su propuesta.

Salieron a la calle y sobra decir que el ambiente era tan oscuro como el lugar donde antes se encontraban, cada elemento callejero desde una pequeña tienda hasta puentes peatonales perdían cada detalle de sus formas para pasar a ser negras siluetas que contrastaban con el cielo azul profundo que servía de fondo para hacer un gran teatro de sombras. Esporádicamente pasaban automóviles con las luces altas, que al avanzar a lado de la joven pareja, iluminaba sus rostros para después desaparecer a alta velocidad hacia la nada.

Ella insistía preguntando hacia donde iban mientras lo sujetaba fuertemente de la mano. Comenzó a ponerse nerviosa, no sabía hacia dónde se dirigían y, además sus ojos no eran capaces ni siquiera de distinguir algún vestigio o pista de su dirección.

Después de caminar durante pocos minutos, ella pudo vislumbrar a lo lejos calles que eran tenuemente iluminadas por unos faros, esto era mucho decir porque en ese momento parecía ser una mancha naranja suspendida en la negrura de la noche.

Caminaron hacia ese lugar casi tan rápido como sus torpes pasos y atolondrados sentidos les permitían.
Se dieron cuenta entonces que ese lugar era la única fuente de luz que había cerca. Se trataba de un pequeño parque. Tenía forma circunferencial, en el centro se levantaba una vieja y casi destrozada fuente que no tenía ni una sola gota de agua. Alrededor había algunas bancas de color blanco que parecían ser la escolta de aquél lugar. A pesar de ser un somero paisaje, parecía ser extraído de una onírica visión: Los faros naranjas bañaban cada uno de sus rincones, era como si una fantasía ámbar flotara en medio del espacio...

Avanzaron casi sin preguntarse nada al centro de ese pequeño parque, mientras sus manos se apretujaban con cierta fuerza. Ella entonces levantó la mirada para encontrarse con su rostro, que en esta ocasión ya podía distinguir perfectamente: su tez blanca manchada por la luz naranja, su cabello corto y ondulado, sus ojos pequeños y brillantes, su enorme sonrisa... él miraba hacia abajo a su pequeña compañera que al ser él bastante alto no le llegaría más allá de su hombro. Pero sus ojillos encontraron ese cabello negro largo con caída acuosa, esos ojos grandes enmarcados por un par de cejas pobladas. No supieron cuánto quedaron mirándose, cuánto tiempo el silencio se escurrió entre la penumbra, no supieron exactamente si ésa seguía siendo la dimensión a la que verdaderamente pertenecían.

El silencio pronto fue atropellado por un fino beso que se coló entre ellos, un beso extraterrestre, callado, camuflajeado en la débil luz de esos faros... 

Sonrieron como dos niños, mientras se abrazaban con la toda la ternura que sólo uno puede alcanzar cuando el corazón se enamora por primera vez. Caminaron hacia una banca y platicaron, entre besos y risas volátiles . Forjaron una memoria más parecida a un sueño en aquélla noche de penumbras, en aquél parque estático y refulgente, imprimieron ese momento por siempre en la brisa fría de esos ayeres. 

Un momento esculpido en las aras del tiempo. Eso son las memorias.


jueves, 24 de mayo de 2012

Autodestrucción

La luz comienza poco a poco comienza a extinguirse
El alma está tan débil que no puede erguirse
El sosiego se comienza a desangrar 
Mientras la paz la besa en la frente pues se va a marchar
El alma siente el gélido ambiente de la desesperanza
que se aferra y lame su piel sin ninguna tardanza
Escucha gritos desgarradores y tormentosos
Sus palabras desgarran en insultos ostentosos

La luz no se deja de extinguir
La depresión ha comenzado a existir
la estruja entre sus espinosos dedos
le recuerda mientras la hiere todos sus miedos

Ya no hay escapatoria alma 
no entiendes que nunca encontrarás calma
todo se comprime, la amargura ya no se reprime
todo es horror, en un futuro desolador

El alma, se lamenta, se pierde, llora
en ese mundo gris se atora
deja de soñar, se pierde en la realidad
pierde su chispa, su risa su bondad
se consume, se desaparece
su valentía enmudece

Sus verdugos ganaron
todo de ella se llevaron

Y así todas las luces se apagaron.


jueves, 28 de julio de 2011

Un Requiem Rosa

Una flor roja resquebrajada y pisoteada

una carta en el abismo del tiempo olvidada
Los colores de la inocencia se funden con la memoria 
Pues hoy ha cambiado el rumbo de la historia...
El corazòn le dice adiòs a sus designios ingenuos

El precio de amar entonces es crecer
U asì en tonterìas dejar de creer

Sì, escuchaste bien corazòn, no se trata de un error
Te juro que es e nombre del amor.

sábado, 16 de julio de 2011

Peregrinando una ilusión

Cada uno de mis pasos en la arena azul se dibujaban
y el sonido de los silencios en el viento flotaban
Llevaba a cuestas una evanescente ilusión
que se desprendía finamente con fragmentos del corazón
Una sosobra oprimia mi respirar con melancolía
Mientras la fuerza de la fe atontada en la voluntad dormía
La vista se perdía entre las dunas tranquilas y mortalmente estáticas
Y Mi cabeza pronto se convirtió una maraña de memorias perdidas pero mágicas

Así es la historia de cómo cruzaba este panorama desoldador
con un viejo mapa que me llevaría a encontrar una ilusión de esplendor
un motivo impetuoso que devolviera a mi espíritu vida
y no sentir la esperanza en un abismo perdida

He andado sin andar en este truculento camino
perdiendo el sentido de mi caminar, olvidando aun mi destino
No se si encontraré lo que perdí en el ayer
Intento a cada paso no perecer
Pues de otro modo mi alma dejará de creer

lunes, 27 de junio de 2011

La hermosa palabra que agonizó en la cueva de los alaridos

Una palabra flotante, risueña y hermosa
venía volando del exterior resonante y vaporosa
Se acercó a mí en medio de un manto de oscuridad
Era tan bello el canto de su tenue sonoridad
qué a penas creí escuchar su tono en medio de tantos alaridos
que me acechaban entre lastimosos sonidos
Me insultaban, me hundían en esos muros de tristeza...
Pero aquélla palabra, burbujeante susurruba en mi oído amor
me hizo por un momento creer en mí misma con fervor

Repentinamente los gritos agudizaron su quebrazón 
no podían permitir que ese sonido entrara en mi corazón
Apagaron con crueldad su inocente brillazón

Ahora la desdicha del desengaño me embarga
Mi trsiteza vuelve mas fuerte y amarga
Mientras viva junto a esas voces
En mi alma siempre habrán dolorosos roces
Todo por caer en ese anhelado romanticismo
De creer en la belleza de uno mismo... 

domingo, 26 de junio de 2011

Viaje Astral (Un pequeño pensamiento a las ingratitudes)

Sin mirar atrás se alejo caminando
Sin mirarme, sin despesirse se terminó alejando
Un adiós a su risa ahora sorda
Requiem por el alma que cae silenciosa por la borda
Una despedida para la maldita sinceridad
que yace sin culpa manchada de torpe vulnerabilidad

No lo he vuelto a ver...
su senda trazó al desaparecer
No lo he vuelto a mirar 
Sólo veo su cuerpo caminar
Pero en sus ojos un hueco vacío se asoma
y cuando habla puedo percibir la falsedad de su aroma
Una triste copia de una lejanía
Su ser se dibuja como una burda ironía
Se que el desapareció yo lo vi partir
Aunque tu trates como él de sonreir